Posada Santa Ana

Booked last minute online driving up Spain this was a golden find. Slightly difficult for the Sat Nav to find on a dark wet night. Parking is limited but adequate unless the hotel is packed. The staff were welcoming with an adequate grasp of English/French. The hotel is spotless and has a very charming character with asymmetric rustic furniture/decor throughout that unbelievably blends so well together.Bedrooms/bathrooms are comfortably adequate but definitely not high-tech. WiFi is free and a good speed. The restaurant offers a limited selection of superb meals in the evenings (you would not want to eat elsewhere after sampling it), and breakfast has a fine and unlimited cold food selection, and a great help yourself coffee/late machine. You can buy great value wines with your meals but beer/lager was not available. The hotel is in a quiet location and is dog friendly for small breeds. Well situated if waiting for ferry crossings (25 min drive) I would 100% recommend the hotel as good value for money, extremely charming with food to die for, and would definitely book again if the need arises.

Se escucha absolutamente todo: crujir de escaleras, TV, conversaciones de otras habitaciones, etc. las habitaciones son chicas (estuvimos en ático 1), apenas ventilación y sin armarios ni perchas para colgar la ropa. No la recomiendo en absoluto.

Mi opinión es del Restaurante. El bajón que ha pegado en cuanto a calidad el menú me hace tomar la decisión de no volver a comer allí. Hace 1 año cobraban 18€ por un menú compuesto por platos variados, bien elaborado y con productos de calidad. Subieron a 20€, deteriorando el menú, pero actualmente cobrar 22€ por un menú donde aparecen huevos fritos, morcilla, ensalada de pasta o carne de hamburguesa... no es de recibo. No es de extrañar que solo hubiera ocupadas 3 mesas... NO LO RECOMIENDO. Por ese precio hay opciones de más calidad en Suances.

Bonita posada rustica y acogedora ,limpia y amables, habitaciones con estupendas vistas ,también cenamos un estupendo menú y desayunamos de maravilla y variado alimentos dulces y salados. Lugar tranquilo y céntrico .Muy recomendable

Buscábamos un lugar tranquilo para desconectar de la rutina y encontramos esta posada con encanto. Desde el primer momento nos sentimos como en casa. La posada es una antigua casona de piedra, restaurada con mucho gusto y conservando su encanto original. Las habitaciones son acogedoras y confortables, decoradas con un estilo rústico y elegante. Lo mejor de la posada es sin duda la comida. Todos los platos están elaborados con productos frescos de temporada, muchos de ellos de la huerta propia. La cocina es tradicional, pero con un toque de modernidad. Destacamos la mermelada casera, ¡deliciosa! El trato del personal es inmejorable. Son amables, atentos y siempre dispuestos a ayudarte. Te hacen sentir como si fueras parte de la familia. La posada también cuenta con un jardín precioso, donde puedes relajarte leyendo un libro o disfrutando del sol. También hay una piscina, perfecta para refrescarse en los días calurosos. En definitiva, una experiencia inolvidable. ¡Volveremos seguro!

Las habitaciones son sencillas pero acogedoras, perfectas para descansar y desconectar. Y la comida... ¡menuda maravilla! Todo producto cántabro de primera calidad, muchos de ellos de la huerta propia. Los platos son caseros y deliciosos, y el desayuno es una auténtica pasada. El trato del personal es inmejorable. Te hacen sentir como en casa desde el primer momento, siempre atentos a tus necesidades. Y si te gusta disfrutar del aire libre, la casa tiene un jardín precioso y una piscina para refrescarse en los días calurosos. En definitiva, una casa rural 100% recomendable. ¡Repetiremos seguro!

Pasamos una semana en esta posada y la experiencia fue inmejorable. La posada en sí es encantadora, con habitaciones sencillas pero acogedoras. Lo mejor sin duda es la comida: producto cántabro de primera calidad, cocinado con cariño y esmero. Se nota que tienen huerta propia, ya que las verduras y frutas son frescas y deliciosas. El trato del personal es excepcional. Te hacen sentir como en casa desde el primer momento, siempre atentos a tus necesidades y dispuestos a ayudarte en todo lo que puedan. El desayuno es otro punto fuerte: completo, variado y con productos de calidad. Además, la posada cuenta con un jardín precioso y una piscina ideal para relajarse después de un día de turismo. En definitiva, un lugar perfecto para disfrutar de una escapada rural en Cantabria. ¡Recomendable 100%! Lo mejor: Comida excelente con productos cántabros de calidad Trato del personal cercano y familiar Desayuno completo y variado Jardín y piscina Lo peor: No hay nada que destacar Recomendación: Reservar con antelación, especialmente en temporada alta.

Nuestro experiencia ha sido nefasta. La habitación pequeña con una televisión ridícula. No hay persianas y tampoco cortinas para impedir la entrada de la luz. No hay manera de pegar ojo, el ruido es constante. Lo peor de todo es la limpieza, el baño con capas de cal acumuladas de años, la bañera y los suelos llenos de matojos de pelos , polvo y suciedad que se aprecian a simple vista. Excesivamente caro para lo que ofrece. No volveríamos aunque nos regalaran la estancia. Parece que está sacando de una película de terror!

Falta de mantenimiento notable y general, colchón incomodísimo, dolor de espalda toda la noche, baño minúsculo, como no tengas cuidado, te das golpe en la cabeza contra el toallero al levantarte del wc, bañera sin mampara o cortina, se inunda todo el baño al ducharte, tampoco es posible bañarse xq no hay tapón (muchas personas no cogerían dentro), rociador del flexo medio roto/oxidado, no sale el agua de forma homogénea ni a temperatura constante, pocos enchufes, secador sin potencia, desayuno mayormente con productos industriales, embutidos/fiambres de lo más barato, ni siquiera las lonchas de queso eran de calidad mínima, zumos industriales, café de máquina automática (no expresso), muy mala relación calidad/precios, incluso en temporada baja!